En el año 2020, la aparición del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad de COVID-19, tuvo graves consecuencias sociales, económicas, educativas y emocionales. Impactó a escala mundial la mayoría de los sectores y poblaciones provocando: la restricción en la movilidad y de convivencia en espacios públicos, pérdida de empleos, suspensión de actividades educativas presenciales, el contagio y/o muerte de personas cercanas. El derecho a la salud de las personas fue aún más vulnerable a partir de la pandemia, por el aumento de casos de violencia basada en género, la falta de acceso a servicios de atención en salud de primera necesidad, disminución de la asistencia a las unidades de salud, el desabasto de medicamentos, anticonceptivos e insumos de prevención del VIH e ITS, entre otros; es decir, se vio limitada la atención de problemas generales de salud, lo que influye en el cumplimiento de los derechos humanos. Para el caso de las y los estudiantes, las clases virtuales, han implicado múltiples esfuerzos para adaptarse a una formación en línea, aunado a las limitantes geográficas y de acceso a internet, así como la falta a de habilidades en el uso de las TICs.
El estado de Chiapas y en especial las comunidades rurales e indígenas fueron muy afectadas. El trabajo que se realiza desde el CISC tampoco estuvo exento de estas afectaciones, pasamos de la modalidad presencial al modo virtual, fue necesario fortalecer competencias digitales, utilizar el teletrabajo y reuniones virtuales. Desde que se declaró la emergencia sanitaria, se evitaron las actividades presenciales con la finalidad de cuidar a las personas y evitar la propagación del COVID-19, además se realizó un proceso de colaboración con otras organizaciones e instituciones para evitar la infodemia o información falsa y contribuir a la prevención del COVID-19. Una de las ventajas fue tener un proyecto que consideraba la formación virtual antes de la pandemia en
coordinación con la Universidad Intercultural de Chiapas.
Este complejo escenario que trajo consigo el confinamiento ha implicado desafíos y retos, nos ha llevado a reflexionar y buscar nuevas estrategias de acción que nos permitan continuar con nuestra misión en esta nueva normalidad y contribuir a una respuesta conjunta para mitigar los efectos de la pandemia.